07 julio, 2007

Olga Wornat: Cristina se debate entre Thatcher y Bachelet

Revista Qué PasaEdición sábado 7 de julio de 2007

A sólo unos días de que la primera dama argentina lance su campaña presidencial con miras a los comicios de octubre próximo, su biógrafa, la periodista Olga Wornat, compara su perfil con el de la presidenta chilena y explica cómo Cristina Fernández de Kirchner llegó a ser la mujer política más poderosa de Argentina.

Por  Claudia Giner

Olga Wornat es sin duda la periodista que más conoce a Cristina Fernández de Kirchner. Para escribir su biografía, se reunió con ella en más de diez oportunidades en las que sostuvieron largas conversaciones. Ambas se conocen desde los tiempos universitarios. Quizás por eso sabía que la "Señora K" se convertiría en una de las mujeres más poderosas de la política argentina.

Tras varios meses de trabajo, en mayo del 2005 salió a las librerías "Reina Cristina", una biografía en la que describe a la Primera Dama como la reina dorada de un país sin monarquía. Una mujer indomable, inteligente, polémica y ambiciosa como pocas.

Pero ésta no es la primera incursión de Wornat en las historias de políticos. En 1999 sacó roncha cuando publicó una de las biografias más extensas sobre Carlos Menem. Tiempo después volvió a levantar polvareda con un libro acerca de la relación entre el ex presidente argentino y Cecilia Bolocco. También escribió sobre la polémica Marta Sahagún, la señora del ex presidente Vicente Fox.

En esta entrevista, la periodista -que reparte su tiempo entre Argentina y México- cuenta episodios desconocidos de la historia política de Cristina Fernández, abogada y senadora por la provincia de Buenos Aires, quien lanzará su candidatura oficial el próximo 19 de julio y para los comicios de octubre  promete convertirse en la mujer más poderosa de la historia argentina después de Eva Perón.

-¿Qué sabe de la relación de Cristina con Michelle Bachelet?
- Cristina admira a Michelle Bachelet. Incluso iba a asistir al cierre de campaña de la presidenta de Chile, pero no pudo. Le encanta Chile y siempre habla de sus amigos socialistas chilenos. Incluso hace poco recibió una delegación de políticos de Santiago. Ella habla de "mi amiga Michelle".

-¿Ella está consciente de las dificultades que ha tenido Bachelet en su primera etapa de gobierno?
-Ella está consciente de que va a enfrentar varias dificultades, como el tema energético, la inflación, los conflictos sociales. Sin ir más lejos, las últimas tensiones en la provincia de Santa Cruz son un tema nuevo. Además, hay que añadir que apareció un dirigente opositor como Mauricio Macri, que salió elegido alcalde de Buenos Aires. Ella sabe que se puede enfrentar con los mismos problemas de Bachelet. Depende de su astucia y de su intuición para pegar una vuelta de timón y tomar decisiones que puedan parecer antipáticas popularmente, pero que las va a tener que adoptar. Hay que ver si las hace radicalmente.

- En caso de convertirse en presidenta, ¿tendrá que ser menos conciliadora que Bachelet?
- Su gran contradicción es debatirse entre ser una mujer de hierro, una Margaret Thatcher que toma decisiones que puedan ser antipáticas, o ser una mujer conciliadora como la presidenta chilena. En ese sentido, la veo una mujer más firme que Bachelet, menos culposa para tomar decisiones que puedan ser impopulares.

- ¿Y cómo cree que enfrentará esos conflictos en un eventual gobierno?
- Ahí está el signo de interrogación: cómo Cristina les va a hacer frente. ¿De una manera ideológica? ¿De una manera inflexible?

- ¿Es más conservadora que Bachelet?
- Sí, me parece que es más conservadora que Bachelet. Está en contra del aborto, porque tuvo un aborto espontáneo a los seis meses de gestación. Y en ese sentido, se le nota que es una chica de provincia.

Su debut político

-¿Qué elementos importantes han marcado la historia de Fernández?
-Ella pertenece a una familia de clase media, trabajadora, de La Plata. Una ciudad universitaria con mucha actividad política pero, por otro lado, una sociedad muy provinciana y conservadora. Su padre era un radical muy trabajador, un pequeño empresario que partió comprando un bus y terminó creando la empresa de transportes Interurbano. Su madre, que está viva, es una sindicalista de mucho carácter y siempre fue el puntal de la familia. Lo que marcó a Cristina en su juventud fue su enorme ansia de superar las trancas de una sociedad provinciana.

-¿Siempre fue una mujer que ambicionaba el poder?
-Muy ambiciosa, siempre fue la mejor de su clase, y  quería ser la mejor en todo. Incluso en la Facultad de Derecho fue más aplicada que su marido Néstor Kirchner. Cuando se casaron en 1975 y tuvieron que dejar la universidad por razones políticas, el actual presidente debía 18 materias y Cristina sólo tres.

Wornat dice que en la universidad Fernández integraba la Juventud Peronista. "Pese a que La Plata era una ciudad liberal donde había mucha militancia política y una izquierda en ebullición, Cristina era una chica de su casa. Mantenía las tradiciones de su hogar y no salía mucho. Su primer novio, y el único que tuvo antes de casarse, fue un juez de la Plata con quien estuvo 5 años. Era un jugador de rugby al que no le interesaba la política. Finalmente fue este tema el que los separó", agrega Wornat.

-¿En esos años ella pertenecía a la izquierda dura?
-Sí, estaba a la izquierda del peronismo, pero nunca ha estado atada a los aparatos peronistas. Nunca participó de alguna agrupación armada. Consideraba que la violencia no era un camino válido. Cuando murió Perón y se formó la Triple A, ella comenzó a alejarse de ese mundo. Ella era una mujer bonita, muy fashion. Incluso en momentos donde todo era muy austero ella se maquillaba mucho y andaba siempre perfecta.

La mano izquerda de Kirchner

-Se dice que es la "mano izquierda" del presidente Kirchner.
-Es una muy buena definición. Kirchner es más pragmático que ella. Él es capaz de sentarse con un personaje de la Democracia Cristiana. Ella es más reticente.

-Muchos la describen como una mujer especialmente desconfiada.
-Confía en muy poca gente y le cuesta abrirse. Se maneja bien sola en el Senado. Tiene esa inseguridad de mostrarse vulnerable, aunque la imagen que tiene Argentina es la de una mujer de hierro, dura, combativa, explosiva y temida más que amada. Pero eso a ella no le importa: para que me quieran tengo a mi familia, suele decir.

-¿Cómo ha logrado proyectar su carrera política sin empañar la del presidente?
-No ha sido fácil para ella. Es la única que le ha puesto freno a Néstor. Ella es impulsiva y ha debido arrepentirse de cosas que ha dicho. Ella no estaba de acuerdo con que Néstor, al comienzo de su gobierno, hablara en una academia militar sobre derechos humanos, y finalmente lo hizo.

- ¿A los argentinos no les molesta que la primera dama le haga sombra a Kirchner?
-Las peleas entre ambos son terribles. Los he visto y se pelean muy fuerte. Cuando discuten por temas políticos, mejor que se vayan todos. Cuando ella se pone mal y no puede influir, él le hace bromas pesadas, la trata de bruja. Él es bastante machista.

-Ella ha dicho que es la última que Kirchner ve antes de dormirse, haciendo  gala de su poder.
-Hay que entender que Néstor y Cristina llevan más de 30 años juntos. Son un matrimonio muy consolidado, viven por y para la política. Han construido todo juntos. Por ahí se ha dicho que fue un matrimonio arreglado, que ya no existe la pasión entre ambos, incluso le han corrido cuentos de amantes a ella, etc. Pero en ese aspecto Cristina es conservadora. Ella no se permitiría una cosa así. Les dicen la monarquía santacruceña. Ellos gobiernan la provincia casi con un sentido monárquico.

-En el gobierno, ¿en qué temas ella influye?
-Ella se mete en todos los temas políticos y económicos. Están todo el día juntos. Él le consulta todo. Ella está casi en todas las reuniones de gobierno. Cristina sale del Senado y se va a la Casa Rosada, donde tiene oficina al frente de Kirchner. Le ha tocado enfrentar crisis muy complicadas. Tras el caso Blumberg, hubo una marcha contra la inseguridad y contra el gobierno. Kirchner no estaba en Buenos Aires, así que a Cristina y a Alberto Fernández, el jefe de gabinete del presidente, les tocó monitorear toda la situación. Yo estaba ahí y vi cómo ella ejercía su poder.

-¿Qué relación tiene con el equipo de gobierno de Kirchner?
-Ella es respetada política e intelectualmente. Ella es un cuadro político. Siempre fue mucho más conocida que Kirchner. Cuando Kirchner compitió con Menem, se decidió que ella diera un paso al lado para no apocar a su marido que era el candidato presidencial. Su figura es tan mediática y él tan poco agraciado, con un ojo que se le va para cualquier lado, que se tuvo que hacer un esfuerzo comunicacional importante para instalar su imagen en la gente.

-¿Por qué le han dado tanto poder en el gobierno?
-Porque todo el gabinete de Kichner sabe que decir algo de Cristina es como hablar mal del propio presidente. Todos los ministros y asesores, y en eso yo he sido testigo, dicen "ahí viene Cristina", lo que refleja el ascendiente que ella tiene. Son una pareja muy especial. En la historia de la Argentina, salvo Perón y Eva, no hay otra sociedad política tan fuerte.

-Fernández ha tenido conflictos con algunos ministros.
-Cuando a ella alguien no le cae bien, va directamente y se lo dice. En general estos temas los manejan con candado. Cuando hay alguien que a ella no le gusta, sencillamente no entra a la residencia presidencial de Olivos y punto. En la mesa chica de Olivos, donde se toman las grandes decisiones, están el presidente Kirchner, Cristina, el jefe de gabinete Alberto Fernández, el secretario legal y técnico Carlos Zanini y a veces el ministro de Planificación, Julio De Vido. Este es un grupo muy cerrado.

Hay algunos amigos de Kirchner que a Cristina no le gustan, pues los considera impresentables por su prontuario o porque tienen alguna denuncia. Y lo que hacen es que cuando van a Santa Cruz, él aprovecha de juntarse con ellos y ella se queda con sus hijos. Tampoco le interesa juntarse con las esposas de ellos.

-¿Cuánto ha cambiado ella desde que Kirchner llegó al poder?
-Ahora tiene más mundo. Incluso está muy interesada en dedicarse a las relaciones internacionales, conectarse con el mundo, conocer a los líderes mundiales y en ese aspecto Néstor es mucho más provinciano que ella. A él no le gustan los viajes internacionales. A ella, en cambio, le encanta viajar y le cae bien a todo el mundo. La vi cuando visitó México después de un periodo de mucha tensión con ese país, cómo se manejó con el presidente Calderón. Y en este sentido, ha madurado políticamente en sus conceptos, en sus relaciones con políticos de otras ideologías. Ella se mueve como jefa de Estado.

-Ella es más liberal que Kirchner en los temas económicos.
-Ella votó por la privatización de YPF, pero piensan muy parecido, y ella es muy moderna.

-¿Qué flancos débiles ve a su carrera?
-Hasta ahora ella siempre tuvo una postura política como la pata izquierda de Kirchner en el Senado. Cuando asumió la presidencia, Kirchner tenía minoría en el Senado y gracias a Cristina logró tener la mayoría. Ella ha participado en comisiones que han tenido un alto vuelo como la del Lavado de Dinero y la de Hielos Continentales. A pesar de eso, nunca se ha relacionado con la parte más oscura de la política. El único aspecto vulnerable que tiene son sus hijos. Su hija Florencia (16), adolescente, rebelde, que tiene mejor relación con su padre que con ella, y su hijo Máximo (29), que ahora se está dedicando a la política, ideal que a ella no le gusta.

-Uno de los temas por los cuales se los ha cuestionado es el económico. ¿Cómo hicieron su dinero?
-Ambos fueron abogados de una financiera en Santa Cruz cuando salió la ley 1050, y les tocó quedarse con las casas de la gente que no pudo pagar. Esta es una parte oscura para ella. No le gusta hablar de esto. Es un tema que la complica.

- ¿Cómo piensa Fernández contrarrestar el fantasma de la figura de Eva Perón?
-Cristina tiene un profundo respeto por ella, es más evitista que peronista, pero ya han pasado muchos años. Ella detesta, eso sí,  toda la iconografía política, la marcha peronista, los caudillos y no quiere saber nada con los aparatos. En ese sentido es muy moderna. La única referencia más cercana que hay es la de Isabelita Perón, que fue un desastre. El argentino, en general, no le tiene miedo a las mujeres.

-Fernández fue una fuerte opositora de Menem.
-Ella rompió con el menemismo en 1995, cuando no apoyó la reelección de Menem. Incluso a mediados de los '90 salió sola a criticar el menemismo, y se enfrentó a todo el aparato de poder de Menem, que estaba recién electo. Estando el hermano de Carlos Menem, Eduardo, como jefe de bancada, ella les dijo delante del Senado que no era recluta del menemismo. Con eso se peleó con todo ese grupo.

- ¿Cómo es realmente la relación entre Kirchner y Fernández? Públicamente se muestran distantes.
- A ella le parecen cursis las manifestaciones de cariño en público. Detesta eso de andar de la manito. Cristina se burlaba de Vicente Fox y su mujer que andaban tomados de la mano.

-También tiene un lado frívolo que maneja muy bien y que a los argentinos les gusta.
Ella es muy coqueta, quizá muy recargada a la bijouterie, pero siempre fue igual. Ella siempre dice que podrá haber un golpe de Estado pero ella no sale de su casa sin pintarse aunque aparezca maquillada como una puerta.

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