04 julio, 2007

EEUU: Indígenas e inmigrantes debaten problemas comunes

Por Jonathan Springston

ATLANTA, Estados Unidos, jun (IPS) - Los pueblos aborígenes estadounidenses viven en este país desde hace milenios, mientras que los inmigrantes son "recién llegados", pero ambos grupos tienen en común la alienación y opresión de la que son víctimas, denunciaron activistas y líderes comunitarios en el Foro Social de Estados Unidos.

El encuentro congregó a alrededor de 10.000 activistas de la sociedad civil de todo el país, quienes debatieron temas de género, derechos de los aborígenes y los homosexuales, inmigración y pacifismo.

"Los derechos de los indígenas son la base de los derechos humanos en este país, y nosotros tenemos que aceptarlo", dijo Julie Fishel, del Proyecto de Defensa de los Shoshone de Nevada.

Fishel participó junto con representantes de diversas comunidades indígenas en un panel que analizó la herencia de los pueblos originarios, la gradual invasión de sus tierras y los persistentes efectos negativos de la opresión de sus miembros.

"Hemos experimentado muchas cosas que han pasado de generación a generación", dijo Patty Grant-Long, de los Cherokee de la zona occidental de Carolina del Norte. "Gracias a nuestro espíritu y a la relación con nuestro Creador y nuestros ancestros, todavía estamos aquí", agregó.

Los padres de Grant-Long fueron criados en internados, donde fueron forzados a abandonar su identidad.

"El hecho de que los pueblos indígenas todavía estén aquí es un asombroso testimonio de resistencia", señaló Ikaiki Hussey, de la Sociedad Aloha Anina de Hawai. "Habla a las claras sobre su fortaleza y su capacidad para resistir frente a todas las dificultades", indicó.

Hussey habló sobre la militarización de Hawai, que se ha prolongado por tanto tiempo y se ha vuelto tan común que muchos visitantes ni siquiera la reconocen como un problema.

La Sociedad Aloha Anina encabeza una ofensiva para desmilitarizar Hawai, "porque es bueno para sus habitantes y asimismo porque es un paso para desmantelar el imperio estadounidense", afirmó Hussey.

Faith Gemmill, de la Red Redoil de Alaska, indicó que 95 por ciento de las tierras de los indígenas allí están abiertas a la exploración y extracción de gas y petróleo.

"Tengo la esperanza de vivir para ver que nuestra tierra sea devuelta a sus legítimos dueños. La gente debe cambiar su estilo de vida. Tenemos que darle tiempo a la Madre Tierra para que se cure a sí misma", dijo Gemmill.

"Nuestra Madre Tierra no está a la venta", indicó por su parte Enei Begaye de la Coalición de Agua de Black Mesa.

La organización congrega a miembros de las comunidades navajo y hopi, quienes luchan para evitar que las empresas contaminen el agua y destruyan sus tierras para extraer recursos.

"Hay un camino hacia la paz. Pero requiere que todos nosotros nos mantengamos unidos", agregó Begaye.

Los puntos de vista de los pueblos originarios fueron debatidos en varios de los 900 talleres de trabajo que se desarrollaron durante el Foro Social.

"Noventa y ocho por ciento de los indígenas murieron" durante el período de expansión del hombre blanco desde la costa del Atlántico hacia el Pacífico (la "conquista del Oeste"), dijo Carrie Dann, de los Shoshone de Nevada. "¿Por qué Estados Unidos no quiere hablar acerca de esto?", preguntó.

Dann habló en un taller titulado "¿Adónde se han ido todos los indios?", en el que los participantes se informaron sobre los padecimientos de los aborígenes a medida que los pioneros avanzaban hacia el oeste durante el siglo XIX.

Los shoshone todavía son propietarios de tierras en el occidental estado de Nevada, donde se han realizado más de 1.000 ensayos de bombas nucleares y donde empresas mineras llevan adelante una peligrosa y destructiva explotación de los yacimientos de oro del territorio.

"Están destruyendo la tierra mientras la explotan por dinero. Hay que cuidar la Tierra y esto no está sucediendo", dijo Dann.

"Casi no se presta atención a los pueblos indígenas", indicó Ward Churchill, cuya familia es cherokee. Es importante que la gente se interese por las prácticas que están destruyendo las tierras de los Shoshone de Nevada, agregó.

"Nosotros llevamos mucha gente al ámbito de la Organización de las Naciones Unidas, porque reunir a los pueblos indígenas más allá de las fronteras es importante", dijo el consejero general del Consejo Internacional de Tratados Indios (IITC, por su sigla en inglés), Alberto Saldamando.

El consejo fomenta la participación de base de los pueblos indígenas para que puedan abordar sus problemas y trabajar en conjunto para alcanzar sus objetivos.

"Estamos todos oprimidos, sólo que de diferentes formas", señaló Shauna Larson de la Red Ambiental Indígena."Se necesita que todos trabajemos juntos para lograr lo que queremos", agregó.

El IITC está interesado en relacionarse con grupos que centran su acción en la justicia ambiental y los derechos de las mujeres, ya que estos dos temas se superponen, indicó Salamando.

En otro taller de trabajo, que se desarrolló tanto en inglés como en español, los asistentes discutieron la historia de la inmigración en Estados Unidos, las leyes positivas y negativas que la regularon y los esfuerzos de los activistas en el sudoriental estado de Florida para movilizar a los inmigrantes hispano-parlantes.

En ese contexto se debatió un plan de cinco partes, a desarrollarse durante tres años, para pasar de estrategias de organización defensivas a otras más activas a nivel local y estatal. Los hispanos deben trabajar en conjunto con la comunidad negra por su historia de opresión y lucha, se indicó.

"Hay un objetivo: respetar a todos los seres humanos como tales", dijo Herman Martínez, del Comité de Servicio de los Amigos Americanos.

"La única forma de establecer alianzas duraderas es que nos entendamos mutuamente", indicó Gerald Lenoir, de la Alianza Negra por una Inmigración Justa.

En el debate se destacó como fundamental que los sindicatos incorporen inmigrantes y que ambos grupos trabajen en conjunto para alcanzar sus objetivos.

"Hemos demostrado el poder de la gente cuando sale a la calle", afirmó Rubén Solís, de la Unión de Trabajadores del Suroeste. "Queremos un mundo en el que todos tengan un lugar", agregó.

"Estamos haciendo historia porque estamos construyendo un nuevo mundo", señaló por su parte Glory Kilanko, del capítulo africano de Women Watch.

"Si empezamos a permitir que los opresores construyan muros, entonces les estamos dejando ganar", afirmó Kilanko.

(FIN/2007)

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